No podemos limitarnos al estudio histórico por mucho que reconozcamos la necesidad para la práctica ancestral de nuestra religión. Como veremos, la práctica religiosa es algo sumamente esencial, el mantener la alianza con los Dioses y recibir de ellos la bendición. Sin embargo la práctica se basa igualmente en la actitud. El ser Ásatrú es algo diario y por mucho que lo repitamos, no lo repetiremos lo suficiente. El mantener la ética tan bien descrita en las palabras de Odín en las Eddás, el poema Hávamál es importante. En ese poema se describe claramente el concepto de ética que era común en los Nórdicos y concebible como lo que nosotros ahora llamaríamos correcto. Debemos absorver las costumbres ancestrales y aplicarlas a nuestro eterno vivir, en cierto modo: debemos ser Nórdicos. Pero, ¿qué significa ser Nórdico? Significa fundirse con las ancestrales costumbres, comprenderlas y si uno se siente identificado: aplicarlas.
Antiguamente según los datos que llegan hasta nuestra época, la práctica religiosa de los Germanos se basaba (como hoy en día) en el sacrificio. Las diversas fuentes nos hablan y confirman la presencia de rituales sangrientos (sacrificios animales e incluso humanos, en el caso de enemigos capturados en la contienda). Del concepto de Bloðison –brotar- el cual hace referencia a las prácticas germanas religiosas, provienen las palabra inglesa blood y la alemana blut (ambas: sangre).
Como denominación del concepto rito/sacrificio tenemos el sustantivo islandés Blót.
Antiguamente el concepto de sacrificio de sangre era algo muy común dentro de la práctica religiosa de los Germanos. La costumbre germana antigua –así como la actual- funcionaba en un proceso de intercambio de bendición entre el ser humano y los Dioses. Es decir, un buen trato a los Dioses aseguraba que los Dioses ofrecieran un buen trato a los seres humanos.
De ahí que fuera costumbre el sacrificio como rito religioso (el concepto de Blót). Diversos problemas podrían actuar en contra de la Tribu, problemas que se creían más fáciles de superar teniendo a los Dioses del lado de la propia tribu, propiciando entonces diversos tipos de sacrificios, siendo incluso (aunque no a menudo) utilizados los sacrificios humanos, dependiendo la gravedad del asunto que se quisiera afrontar. En este último tipo de sacrificios, eran utilizados prisioneros de guerra, generalmente prisioneros que cualquier otra cultura hubiera ejecutado, pero que a menudo en la tradición germana pudieron servir como ofrecimiento a los Dioses, cuando la tribu pasaba por una muy preocupante etapa de necesidad y las medidas requeridas eran extremas.
Realmente esto no debe ser sorprendente para nadie, ya que el modus operandi en lo que se refiere al sacrificio de sangre germano no era diferente a las demás tribus indoeuropeas de aquel entonces. La carne de los animales sacrificados era consumida comunitariamente, recordando que el concepto germano de sacrificar era idéntico al de ensangrentar, podemos –según las evidencias- imaginar como eran ofrecidos desechos de la comida (patas, cabeza e incluso en algunos casos pieles) en los casos muy concretos como podrían ser (según algún testimonio de viajeros árabes) sacrificios a nivel familiar y no comunitario. De todas maneras, estos casos muy concretos nos indican cómo el animal de sacrificio era aprovechado 100% tanto para usos gastronómicos como para usos religiosos, siendo la práctica más habitual ensangrentar figuras de los Dioses con la sangre del animal ofrecido.
En casos más solemnes, la víctima de sacrificio era completamente destruída (generalmente quemada). Sin embargo, el Festín típico germano en las festividades era el motivo principal digno de sacrificio, como ofrecimiento a los Dioses.
En dichas festividades, las partes gastronómicamente aprovechables eran utilizadas para un festín colectivo, siendo entonces tanto el ensangrentamiento como acto del sacrificio y el festín, las dos caras completas de una misma moneda: el Acto Religioso. También, según algunos grabados rupestres, podemos deducir que como en el caso Celta, el baile extático pudo ser un elemento más o menos común y terriblemente mágico-religioso, tal vez…¿a modo ritual? Si observamos otras culturas tanto de parecidas características, como aquellas que influenciaron de un modo u otro a los Teutones, podemos estudiar cómo dichos bailes eran utilizados como ritual chamánico para ingresar en un estado alterado de conciencia. ¿No creen que teniendo en cuenta los contactos de dichas culturas con las tribus teutónicas, los mismos Teutones pudieron adoptar esa costumbre para sí? Pero volvamos al centro de la práctica religiosa antigua: los sacrificios.
¿Dónde se dirigían dichos eventos?
Tanto en Escandinavia como en otros lugares se han encontrado sitios que pudieron ser templos dedicados al sacrificio, sin embargo se considera esto como elemento tardío de posible influencia romana. Figuras de los Dioses burdamente esculpidas en troncos pudieron ser llevadas dentro de dichos recintos para el untamiento de sangre. Las fechas no tuvieron por que estar preescritas, posiblemente eran dirigidas en momentos de necesidad a Dioses de la Fertilidad. Sin embargo, por los escritos conservados podemos decir que en determinados puntos del año agrícola sí pudo haber una serie de festividades, propiamente estacionales de carácter colectivo donde las familias acostumbraban a juntarse para realizar ceremonias masivas y banquetes de celebración. En estas asambleas podrían tratarse también algunos asuntos de carácter social, comprobamos así que el fenómeno religioso y el social estaban íntimamente ligados convirtiéndo así estas creencias tribales en algo cotidiano y popular.
Para esto debemos tener en cuenta que el un concepto como cuatro estaciones no existía en si para los germanos, si no que por el contrario el mundo se dividía en dos épocas de lo que podríamos llamar la Época Calurosa (o cuando la tierra parece viva) y Época Fría (cuando la tierra parece muerta). En casi todos los territorios Germanos la primera era más corta que la segunda. Este es un hecho que se acentuaba en territorios realmente nórdicos como Escandinava.
Podemos entonces evidenciar una serie de Festividades como Disablót (sacrificio a las Diosas) en época de la mitad del invierno (actualmente celebrada el 2 de Febrero en el Hemisferio Norte), también Iól (o Yule) que es la otra gran celebración invernal y probablemente de la más importante de todo el año Germano. Los cambios a épocas más calurosas eran también celebradas, pudiendo hoy construir un calendario con las celebraciones más importantes del año agrícola germano que en muchos elementos no se diferencia al de otras culturas de carácter indoeuropeo.
En la práctica religiosa Germana, además de estos elementos donde destaca el concepto de Blót, también hallamos costumbres muy antiguas como las procesiones, utilizadas desde la Edad de Piedra. Los carruajes –por llamarlos de algún modo- portaban –o al menos eso se creía- a los propios Dioses en su interior. Tenemos las procesiones de Nerthus (que representaba a la Tierra y a la Fertilidad, probablemente una de las más antiguas de las hasta ahora conocidas Diosas Germanas) y como a su paso todos los hierros (espadas) eran envainados, se hacía el silencio y la Diosa paseaba bendiciendo a los campos y a sus trabajadores.
Hoy en día, en el renacer de Ásatrú, el concepto de sacrificio no ha variado en principios aunque si en metodología. Casi todas las tendencias Heathens descartan el sacrificio de animales para sus rituales y la nuestra es una de ellas. Muchos Ásatrú contemporáneos dedican libaciones, semillas, frutas, comida de otra índole en las ceremonias a modo de sacrificio, la creatividad aquí juega un papel crucial. No obstante Ásatrúars con influencia más neo-pagana utilizan elementos más populares además de los descritos como velas o incienso. Esta práctica, a veces, es criticada sin embargo la historia nos demuestra que “la quema de hierbas” era un uso frecuente en las ofrendas de los Germanos a sus Dioses. Esta práctica la cumplieron muchas culturas a lo largo del mundo, tanto en oriente como en occidente.
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