
Zenobia (23 de diciembre 245 - 274), reina de Palmira entre 267 y 272. Zenobia es la castellanización del nombre original Zainib. Zenobia estaba casada con el príncipe Odenato de Palmira.
Odenato (castellanización del nombre Odenat) era un príncipe cliente del Imperio Romano, pero éste fue asesinado junto a su heredero, y tomó las riendas del poder entonces Zenobia. Aprovechando las disputas al interior del imperio por la corona del mismo, el reino de Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio, con la intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el romano y el sasánida.
También tenían el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio Sasánida aún no había alcanzado a llenar. Las campañas militares de Zenobia le permitieron crear un imperio que abarcaba toda el Asia Menor , e incluso logró tomar Egipto con sus tropas, ya que allí se había levantado un posible candidato al trono romano. Zenobia logró deponer al pretendiente y reclamó la corona del imperio para su hijo. Sin embargo, el Emperador Aureliano emprendió una campaña militar contra Zenobia y la derrotó.
La ciudad de Palmira, recibió el perdón en un principio, pero ante un intento de rebelión de sus habitantes, fue completamente destruida. Hoy en día, en el lugar donde se levantaba la majestuosa Palmira, la ciudad que llegó a rivalizar con las más imponentes del Imperio Romano, solo quedan ruinas de un pasado glorioso. Zenobia la había embellecido con una avenida custodiada por grandes columnas; también erigió estatuas de ella y su difunto esposo Odenato.
En materia religiosa, al contrario de sus pares romanos, había sido bastante tolerante, pero ella al parecer fue adoradora del dios solar. Finalmente, el pueblo de los nabateos que había fundado aquella bella urbe, desapareció de la Historia Universal. Zenobia fue exhibida en Roma, como prisionera y con cadenas de oro,en el desfile triunfal. Se dice que Aureliano, impresionado por su belleza y dignidad, la liberó y le dio una villa en Tibur (ahora Tivoli, Italia), donde pasó el resto de su vida. Algunos historiadores (antiguos y modernos) creen que se casó con un senador romano y tuvieron descendecia. Parece ser que Zenobia, aparte de su ambición política, era una reina culta y cortesana, que fomentó las artes durante su corto reinado.
Entre sus protegidos se encuentra Pablo de Samosata, uno de los más destacados teólogos de su época, que hizo carrera como obispo protegido por la reina. El interés de Zenobia era promover una versión más judaizante del Cristianismo, que pudiera imponerse a la romanización cada vez más acelerada del mismo; las doctrinas de Pablo de Samosata serán llevadas a su máximo desarrollo por su discípulo Arrio, fundador del arrianismo.
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